Isabel, Natalia, Carmen y Mercedes son costureras de toda la vida en Coronel Rosales. La crisis del 2001 hizo que sus maridos pierdan su trabajo y por lo tanto, el ingreso de dinero a sus hogares. Allí el espíritu cooperativo nació en ellas y decidieron unirse para paliar semejante embate económico.
Hace 10 años que trabajan mancomunadamente en el taller de costura que denominaron "El Inicio", ubicado en calle Roca 661 de nuestra localidad. Día tras día trabajan en horario de comercio y son el sostén económico de sus familias.
“En aquella terrible crisis, mi marido era carnicero y perdió la carnicería por las deudas que tenía. Eso lo enfermó también. Yo tenía este hobby con mi máquina de coser al igual que mis amigas, y como no la pasábamos nada bien, nos unimos”, comienza su relato Isabel Lanesan, fundadora del taller.
Gracias a los microcréditos que otorga el Banquito Popular de la Buena Fe (dependiente del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación), pudieron renovar la maquinaria del taller, contando en la actualidad con 8 máquinas de coser, las que les permiten realizar cualquier tipo de trabajo en lo que a costura general se refiere.
“Gracias al banquito pudimos crecer y hacer realidad este proyecto”, continúa Isabel mientras no deja un momento su lugar en el taller, delante de su máquina, entre telas e hilos.
Su inventiva también las llevó a fabricar disfraces, de distintas temáticas, para que la comunidad los alquile a bajos precios, tanto para actos escolares como para fiestas particulares. Estas mujeres son sólo un ejemplo de los más de 400 emprendedores que apostaron a la solidaridad para superar la crisis laboral en Coronel Rosales de aquel entonces, y aún hoy, lo siguen haciendo.

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