Alumnos de la Escuela Primaria Nº 10 de Coronel Rosales, ubicada en el populoso barrio de la Nueva Bahía Blanca, trabajaron todo el año en el aprendizaje y puesta en marcha de distintos cultivos en la huerta de la escuela, para poder proveer de frutas y verduras al comedor escolar. Muchos de ellos ya tienen su propia huerta en su casa para colaborar con la economía familiar.Silvia Ceballos es maestra de la Escuela Primaria Nº 10, ubicada en calle Formosa 472 de Coronel Rosales. Da clases en ambos turnos y no lo hace dentro de los cánones normales, ya que su trabajo tiene un plus: El compromiso social.
“La seño” advirtió la necesidad de los chiquitos de entre 6 y 12 años que van a la escuela, de no quedarse solo con la teoría del “germinador”, de ver crecer un poroto dentro de un frasco para calificarlo posteriormente. Ella supo ver las carencias de los niños. Y decidió –con ayuda de los padres- limpiar un terreno lindante a la escuela para poder realizar allí plantaciones de diversas especies.
Una vez terminada la labor de limpieza, los chicos construyeron un muñeco que es utilizado como “espantapájaros” en la primera huerta escolar de Punta Alta, que abastecerá de alimentos a su propio comedor.
Los chiquilines saben muy bien qué vegetales trabajan, qué tipo de semillas utilizan y cómo debe cultivarse cada uno.
Es tal el compromiso de los alumnos que llevaron semillas a sus hogares y ya tienen su propia huerta, a la que cuidan celosamente, porque saben que será parte de la alimentación de su familia, tomando así conciencia del verdadero sentido de las palabras “esfuerzo” y “trabajo”, objetivo que se planteó la maestra Silvia Ceballos al comenzar el ciclo lectivo y que despertó la admiración de directivos y colegas, y que con creces logró cumplir.
No hay comentarios:
Publicar un comentario